Antonio Yuste
ENTREVISTA A ANYONIO YUSTE
DIRECTOR EJECUITIVO DE DROTIUM
Por Redacción DROTER
4 | DICIEMBRE | 2021
—¿Qué le pasa a nuestra política industrial?
—No le pasa nada. Absolutamente nada. No existe y nada le puede pasar.
—¿Apostar por las energías renovables no es, acaso, política industrial?
—Es política global.
—Pero, lo cambia todo
—En efecto. Vd. me pregunta si es política industrial y le he contestado. No.
—¿En qué consiste la política industrial?
—Las políticas industriales son a largo plazo. Jamás son de tanteo o a ver que pasa. La doctrina industrial de España la dictó Javier Solchaga, de muy triste recuerdo, doberman de la reestructuración industrial española en los años 80, cuando afirmo, solemne: «La mejor política industrial es la que no existe». En la antípodas, exactamente, de lo que hay que hacer. Ha sido doctrina con gran predicamento entre las izquierdas, las derechas, los de centro, los nacionalismos ultramontanos, los hiperregionalismos, los movimientos sociales y las ideologías de clase. Hizo furor y es doctrina que sigue gozando, asombrosamente, de gran vitalidad y espléndida base social.
—¿Puede concretar en qué consiste la política industrial?
—En esencia, en tener maquina-herramienta propia, hecha por ti. No la tienes que importar. ¿Parece una bobada? Les parece una bobada a los mendrugos. Tienes política industrial porque apuesta por el Valor Añadido Neto y quieres que crezca. Quiere decir, exactamente, que apuestas por el I+D+i propio, hecho en casa, por máquina herramienta propia, hecha en casa y hay que incluir al software y al hardware. Quiere decir que apuestas por controlar la manufactura y por crear productos y servicios. Que apuestas por la estructuración adecuada del suministro de materias primas el control de los desplazamientos y porque apuestas por controlar la comunicación, la comercialización y el mantenimiento. Entonces sí, tienes política industrial. Todo lo demás son zarandajas.
—¿Y por qué no la tenemos? Tal como Vd. la describe es obvio que no la tenemos.
—Implica oponerse a las Escuelas de Negocio y a nuestras élites. Cuando entramos en el Club Europeo se nos dijo que nuestra misión era la subcontrata y en eso estamos. Nuestro perfil industrial y tecnológico, sigue siendo la subcontrata. Ofrecemos costes más baratos de producción. Nuestro sector automotriz, de principio a fin, es subcontrata. Nuestras políticas industriales, piense, reflexione, empiezan y se agotan, en atraer inversión (extranjera).
—Mucha gente cree lo contrario…
—No sé que creen. La verdad es reparadora. Cuando te dedicas a la subcontrata la posibilidad de reinventarte es remota porque estás unido por contratos caninos a matrices que están en otro confín… y a las que tu destino le importa una higa. Eres muy vulnerable. Tu margen de maniobra es raquítico. Muerdes el polvo.
—Pero las políticas de descarbonización son buenas, per se…
—Correcto. Son buenas y necesarias. Significan aire fresco. Y yo, personalmente, me felicito por su existencia. Han llegado tarde y sin política industrial de respaldo. También le digo que mejor tarde que nunca. Esperemos que una nueva clase política no las revierta. La ignorancia es muy atrevida. Sin política industrial de respaldo los sectores industriales que van a sufrir no resistirán la tentación de cartelizarse para derribar la estrategia antidescarbonización. Atraparán en esa estrategia a más de uno. Hay mucho pardillo.
—¿Y que le pasa a nuestra industria automotriz?
—Lo que Vd. ve y todos sabemos. Le pasa que se esta muriendo y que habrá que darle cristiana sepultura. Fabrica coches que ya van, directamente, al mercado de segunda mano. Es un descenso a los infiernos. No tiene solución. Son empresas que no valen nada en Bolsa.
—Así, sin más.
—Sin más, no. Con gran destrozo social o humano, fiscal y financiero. Se les pasó el arroz. Demasiados consejos de administración adictos a las exenciones fiscales, a los climas tropicales y al golf. También le digo, demasiados trabajadores y comités de empresa a por uvas.
—¿Qué pasará con ellos, con los trabajadores?
—Buscarán la prejubilación. Es el deporte preferido de Europa. Reinventarse es un fastidio y un incordio. Nadie está en eso. Ni los de arriba, ni los del medio, ni los de abajo. La gran amenaza de Europa es el sofá. El sofá está socavando los cimientos de Europa. Los trabajadores no son los principales responsables, pero tampoco inocentes del todo. No los considero responsables, pero tampoco tontos. Los españoles somos cualquier cosa menos tontos. Los muy tontos están de los pirineos para arriba. ¿Cómo hemos podido confiar en gente tan tonta? No tengo respuesta.
—Algo barruntará. No me creo que no tenga una opinión.
—Lo que parece más evidente es que España está dominada por un conjunto de generaciones que imaginaron, atocinadas, que la historia de España empezaba con ellos, desde cero, que España no tenía historia industrial y tecnológica y que la luz venía del otro lado de los pirineos. Era tanta la luz, digo yo, que les cegó. Quizá, cometieron la imprudencia de no protegerse los ojos con gafas de sol. No sé.
—No hay chips…
—Ni chip ni tornillos. Tirando de la contabilidad de costes la industria de equipos y componentes —subcontrata— ha terminado, a su vez, subcontratando en China. Ahora no hay de nada. Los chinos fabrican baterías (celdas). Europa no. Es un puto parchís. Como una y cuento veinte. China no tienen la culpa. Ellos no quieren ser subcontratistas. Están en su derecho. A las escuelas de negocio y a la clase política española le gusta el onanismo, sobar el botón de la importación y ponerse en posición para atraer inversión. Se traviste y se pone tacones para atraer inversión. España necesita sanear su vida sexual.
—¿Cómo?
—A los españoles nos encanta sobar el botón de la importación y atraer, atraer, atraer, inversión. Es un gozo para los españoles. Sobar el botón de la importación es un gozo. Se llama onanismo. Por eso digo que necesitamos sanear nuestra vida sexual. Los excesos siempre son malos. Es un escándalo ver a nuestros presidentes cruzar las piernas y subir las faldas para atraer, atraer, atraer, atraer, hummmm, inversión.
—¡Coño!
—Pues eso.
—Vuelve Vd. una y otra vez sobre la necesidad de tener política industrial…
—Necesitamos política industrial, tecnológica, alimentaria… de verdad, a largo plazo y alejarnos de mohines y pamplinas. ¿Todo flojera? La técnica presupuestaria y financiera que practicamos nos delata. Vamos en línea recta a ninguna parte. España, dentro de Europa, juega el rol de país de subcontrata, el que nos asignaron. Eso fue lo que compramos cuando entramos en el Club Europeo. Es la verdad, muy amarga, pero la verdad. El ahorro español es de 1,2 billones, dónde está, quién lo administra y por qué se administra como todos sabemos. ¿Dónde están los gobiernos y dónde los electores?
—Eso tiene su complejidad.
—Claro. Las soluciones todo a cien… ¿Cuántos años más podemos resistir sin resolver nada? Los problemas no pueden resolverse en la misma clave que se han creado. Necesitamos reflexión, sensatez, aceptar la complejidad, saber que los deberes que tenemos pendientes son muchos, no arrugarnos es fundamental. Quemar los sofás, agrupar determinación y sacar adelante políticas industriales y tecnológicas que, imperativamente, son complejas, es el reto. Son complejas aquí y acullá. Abandonar la ingenuidad nos ayudará mucho. Por delante tenemos trabajo y más trabajo, todo lo contrario a la cultura del ocio. Nuestro ocio será trabajar con propósito. Tener propósito y tenerlo bien estructurado, es decisivo. Los que piensen que es tarea fácil, deben bajarse del tren. Volveremos a por ellos.
—¿Es Vd. antieuropeo?
—¿Qué pregunta es esa? España gobernó Europa durante siglos. Y la capital de Europa está en Bruselas porque desde aquellas tierras gobernamos Europa. Los españoles no nos podemos permitir esa licencia. Los españoles hay cosas que no podemos permitirnos. No podemos permitirnos ser antieuropeos o ser antiamericanos, por razones obvias. No hay que explicarlo. Tampoco podemos permitirnos ser antichinos, con China realizamos la primera globalización en el XVI y XVII. Y tampoco podemos permitirnos ser antirrusos, por Dios, compartimos altar. Somos una potencia histórica, cultural y científica y es hora que aceptemos el rol. España apenas tiene euroescépticos. Los españoles somos los más europeos de Europa, sin nadie que nos haga sombra. Somos los más europeos y también los más civilizados (nos hemos vacunado todos). Aclarado el equívoco, justo es decir, que no estamos ciegos. La Europa que conocemos no funciona, hay que reinventarla. Y es más fácil reinventarla desde España. Los que la han jodido y bien jodido quedan descartados. Otra cosa es que se dejen, parecen cómodos en el lodazal.
"EN 2023, CUANDO TENGAMOS LISTOS LOS E2n (ESPACIOS EXPERIMENTALES DE NAVEGACIÓN POR DATOS), ASOMBRAREMOS AL MUNDO. SE PODRÁ COMPROBAR QUE LA NAVEGACIÓN AUTÓNOMA, DE NIVEL 5, Y LA NAVEGACIÓN PROACTIVA, DE NIVEL 6, ALE HOP, HABITA ENTRE NOSOTROS. NO SE OBRARARÁ UN MILAGRO. SERÁ FRUTO DE EXTENUANTE TRABAJO, DE MUCHO PICO Y PALA˝
—¿Qué aporta DROTIUM a la industria automotriz?
—La aportación de DROTIUM es universal. La industria automotriz fabrica coches y esa fase industrial expiró. No hay que fabricar coches, hay que fabricar movilidad. Son tecnologías divergentes. La industria automotriz que conocemos se extinguirá y la reemplazará la que está emergiendo, de movilidad y alrededor de las tecnologías NERTRA.
—Tiene hitos a la vista.
—Sí. En el 2023 cuando tengamos listos los E2n (Espacios Experimentales de navegación por datos) asombraremos al mundo. Se podrá comprobar que la navegación autónoma de nivel 5 y la navegación proactiva, de nivel 6, hale hop, habita entre nosotros. No se obrarará un milagro. Será fruto de extenuante trabajo, de mucho pico y pala. DROTIUM cambiará para siempre el modelo de movilidad convirtiéndola en un suministro. Para siempre. Es un cambio radical de muy intensa transversalidad y de impacto sistémico.
—¿Y qué impacto tendrá? ¿Impacto social, económico e impacto para España?
—Acudimos al rescate de las ciudades y de la población. Acabamos con la barbarie. La lucha por retener una posición en el carril, como fieras, desaparece. Acabamos con la barbarie y reinventamos las ciudades. Podremos movernos a placer, lo que necesitemos y deseemos, de manera mucho más eficiente y confortable.
—Y el impacto económico e industrial
—Será descomunal. El parque móvil español actual, a precios de las compañías de seguro, no llega a los 200 mil millones de euros. El que viene pasará de los 3 billones. Y será valor que se alcance con una reducción en un 80% del parque total de vehículos. Nosotros añadiremos las aeronaves en CbC (cielos de baja Cota) y lo barcos para aguas NaCa (Navegación de Cabotaje). Crearemos cerca de 200 mil empleos haremos crecer solo nosotros un 20% el PIB de España. El impacto sobre los territorios donde tengamos instalaciones, será muy superior, en muchos casos doblaremos su PIB. Es un cambio real y alrededor del cual se empieza a generar consenso. La política, las finanzas, los inversores, la ingeniería, todo, está cambiando bruscamente. Se está produciendo un despertar y nos ilusiona y refuerza. Hemos hecho una travesía muy dura y empezamos a recoger los frutos.
—Y se dispone ya de un calendario de fabricación
—Estaremos entregando ingenios NERTRA, vehículos, aeronaves CbC y barcos NaCa, en 2025. A finales del 2023 empezaremos a construir las plantas fabriles y en el 2025 arrancaremos la producción, estarán a su máximo rendimiento en el 2030. Hemos creado un área de expansión para la localización de terrenos, allí donde tenemos previsto instalarnos.